lunes, 27 de mayo de 2013

La Inquisición


Al hablar de “Inquisición” nos referimos a aquellas instituciones que, promovidas por la propia iglesia católica, se encargaban de perseguir y juzgar a toda persona sospechosa de participar en brujería, a aquellos considerados herejes o a todo aquel que manifestase una conducta opuesta a lo establecido por las normas morales expuestas por el catolicismo y las costumbres de la época.

                                             

Según algunos historiadores, podemos situar el comienzo de la Inquisición en época medieval. En 1189 surge en el sur de Francia una institución encargada de ajusticiar y perseguir a los cátaros por desviarse de las doctrinas en las que se basaba la Iglesia por aquel entonces. No obstante, cuando mayor auge experimenta ésta es a partir de 1478, año en el que, por la bula del Papa Sixto IV, la corona de Castilla y, posteriormente, la de Aragón (1483), bajo el reinado de los Reyes Católicos, pasan a convertirse en principales exponentes y promotores de la Inquisición. A pesar de lo ya mencionado, esta institución no afecta simplemente a aquellos territorios que se encuentran bajo el poder de la Monarquía Hispánica, pues pronto comienza a extenderse dicho movimiento (en especial como escudo ante la amenaza que suponía la aparición de protestantismo) hasta territorios italianos y portugueses, creándose en cada territorio su respectiva y propia “Inquisición”.

Como ya sabemos, uno de los principales métodos de los que se valía la “Sagrada Inquisición”para obtener información y ajusticiar a todo aquel sospechoso de practicar la herejía era la tortura (en muchos casos, se hacía este tipo de acusaciones por motivos políticos o de otra naturaleza, que nada tenían que ver con la realidad). Si se establecía que el sospechoso era culpable de los cargos que se le imputaban, éste se veía desprovisto de sus posesiones y, en la mayoría de los casos era humillado y ejecutado públicamente.

                            

A pesar de la crueldad que demostró esta institución, muchas obras de investigación recientes han demostrado que la terrible fama que se le otorgaba a la Inquisición era, en muchos casos, desmesurada y promovida por los países protestantes que, hacían crecer así la Leyenda Negra que arrastra la historia de la Monarquía Hispánica.

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